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miércoles, 9 de marzo de 2011

Niñez Rural La Dalia

Las gemelas del Castillo de Yale, La Dalia

Niñez Rural Rancho Grande

La chela y el chele de las Carpas I, Rancho Grande

Niñez Rural

Niñez rural, La Rinconada, La Daía

Niñez rural Colonia Agrícola Rancho Grande

Cuento EL

El ......

Ve que lindo, las horas de venir y ve cómo anda, todo flaquetoso, si solo el pellejo le detiene el espinazo, ya parece cuerpo sin alma... y no me mires así que pareces buena cosa... claro después de trasnochar y andar de parranda, siguiendo a las otras con las que se revuelca y después de eso a estas horas se le ocurre venir... si dejara de ser un macho viejo, y yo aquí viendo como me las arreglo. Toma come y no me quedes viendo así como perro regañado, come... ¡y es que no vas a comes!, claro te deben de haber dado algo donde anduviste, y yo de babosa pegada a la ventana esperando que vinieras, yo si me paso de pendeja, pero claro como soy mujer me tengo que preocupar por el señor callejero y esperarlo hasta cuando se le ronque regresar a la casa y de refresco me viene con mañas, que ni comer quiere, depuse de semejantes parrandas estira la pata y ¿a quién le va a tocar enterrarlo?, ¡haber contéstame!. Verdad que no decís ni miau, sabes perfectamente que a mí, a ninguna de esas que se trasnochan con vos les va a tocar, haber decime a quien de ellas le toca curarte cuando venís con tus raspones y chollones, a ninguna de ellas le toca darte medicinas, esas solo saben pasar la noche con vos y nada más.

Hacete para allá... no te me acerques y no te me restriegues... no me mires así que no me vas a contentar. Si vos fueras otro y cumplieras con lo que te toca aquí en la casa y fueras casero yo te tratara de otra manera... no comences a hacerme cosquillas con la lengua, que no me vas a quitar esta arrechura y hacete para allá que tengo que alistarme para ir al trabajo... fíjate que suerte al mía, precisamente hoy que tenemos un acto en conmemoración de nosotras las mujeres me toca estar peleando con vos, ve pero es que con vos no funcionan palabras... de pronto se abre suave mente la puerta del cuarto y del interior salen unos pies descalzos, estos se acercan donde esta ella, esa mujer que tiene rato de estar en una conversación de mudos, ella la de los pies descalzos la mira tiernamente, sonríe, respira hondo y con una mueca graciosa abre su boca para dirigirse a ella, esa mujer que ya está lista para salir a su rutina diaria, a su trabajo donde se encontrara con otras mujeres, que diaria mente enfrentan problemas dentro de su familias, con sus maridos, con sus hijos e hijas, con sus madres con sus vecinos, con ellas mismas, con mujeres que al salir del trabajo y dejar sus ocho horas diarias, llegan a sus casas a realizar su doble turno, ese que no se paga y que de refresco también trabajan los días domingos, los días feriados, la navidad, la noche buena y esas que son las únicas que trabajan el día del trabajo.

La mira con sus ojos almendrados, la de los pies descalzos que ya tiene diez y ocho años,  que en parte ha sido fruto del esfuerzo de ella, del preocuparse para que se prepare, para que no tenga el mismo futuro que tubo ella, que no sufra los que sufrió ella. Ella con la que ahora comparte sus secretos de mujer a mujer, ella con la que comparte las intimidades, el cariño, ella su madre que también es su padre... al fin salen las palabras de su boca - ¡mamá otra vez peleando con El!- las dos se miran y comienza un silencio que es interrumpido por una sonora carcajada y una respuesta de ella su madre - ¡Si hija, otra vez peleando con el condenado Gato!

Matagalpa Marzo 2004

Cuento

La herencia

El espacio está clasificado por clases, en primera clase las construcciones son imponentes, de diversos colores, es notoria la preocupación de los dueños y beneficiarios en expresar paz, regocijo, orden, todo en busca de un perdón, a medida que se avanza en las calles hacia segunda, tercer y cuarta clase las construcciones cambian, en este sentido los espacios coinciden con las clasificaciones.

El pórtico que da paso a estas moradas esta siempre adornado por constructores dispuestos a realizar presupuestos de acuerdo a la exigencia del cliente, clientes marcados por las clases. Este día domingo a lo lejos ya se ve el próximo integrante de esta calmada y pacifica ciudadela que se jacta por ser un lugar de descanso.

Entre los constructores se comenta – viene bien acompañado – dice uno, - si antes vivía en la zona central - comenta el otro,  - quién diría que lo tendríamos aquí – fue el último comentario que de escucho antes de que en la entrada se apresuraran a ubicarse en el portal un grupo de mariachis y comenzaran a entonar una canción que removía los sentimientos dando paso al sequito de acompañantes del nuevo individuo, caminaron sobre la avenida de asfalto, al llegar a la segunda calle doblaron a la derecha, después del segundo edificio donde ya los ayudantes tenían abierta la puerta que posibilitaba la entrada al recinto que sería su nuevo morada.

- ¡Si lo entierran ahí, yo los demando! – todos se voltearon hacia donde venia el grito, el cual salía de forma constante de la boca de una mujer bien arreglada, acompañada de otras personas de su igual condición. Como consecuencia de los gritos constantes, una mujer que lloraba a mares cayó como fulminada por una corriente invisible, pegándose un sopapo sobre la caja adornada en cuyo interior se encontraba el cuerpo del recién llegado. Un hombre que acompañaba el féretro con vestimenta negra, contesto los gritos de la mujer que poco a poco se acercaba. El hombre grito de igual manera, – Esta cripta es de mi padre y de mi familia – la mujer lo miro con ojos de fuego,  – estos documentos prueban que yo he realizado el pago de impuestos por más de quince años – fue la respuesta de la mujer arreglada,  - pero esto es herencia de mi abuelo – reposto el hombre de negro, - si herencia de mi padre – respondió la mujer con firmeza. En este punto de la discusión ya eran notorios los comentarios de los acompañantes y de los constructores encargados en realizar el trabajo en la cripta, todos los comentarios entre dientes y con susurros de avispa.

- Es que el viejo debe de haber dejado realitos.
- No yo creo que el pleito es por la casa del centro.
- No hombre esa ya se la había quitado el banco.
- Dios santo, será por eso que se murió.
- Pero la que ha pagado los impuestos ha sido siempre la hermana del viejo que hoy entierran y ella tiene el título.
- Pero el título está a nombre del viejo que murió hace treinta años y es el que está enterrado aquí, padre del que se entierra hoy, abuelo del hombre de negro y padre también de la mujer arreglada, así todo está en familia, así que los dos tienen derecho.

Uno de los constructores que constantemente miraba su reloj acabo diciendo – señores decídanse si lo sepultan o no de todas formas el pago es el mismo - los mariachis se sumaron a la protesta del constructor, – aquí es cayendo el muerto soltando el llanto, ya llevamos tres horas cantando -.
Estas protestas ocasionaron que varios de los acompañantes entonaron un concierto de llantos y lamentos y muchos ojos se clavaron en el constructor el cual se encogió de hombros – pero señores no me miren de esa forma, si ustedes que son la familia se comportan así, mi tiempo hoy es oro y tengo que hacer un entierro en cuarta clase – la mujer arreglada que junto a su grupo ya se había acercado bastante en tono amenazador dijo con voz seca, – si lo sepultas en la cripta de mi padre mañana lo saco con la policía – a lo que contesto el hombre de negro, – si lo sacas de la cripta de mi abuelo nos vemos en los juzgados querida tía – los dos quedaron en medio de las docenas de ojos fijos y rostros congelados en sus distintas expresiones optando posiciones amenazantes que daba la impresión de que en cualquier momento saltarían una contra el otro. De pronto la mujer dio un giro no sin antes anunciar – estás avisado – y se marcho.

El hombre de negro hizo un movimiento y todo inició de nuevo, lloros, cantos, comentarios sobre virtudes, todas referidas al difunto. Las acciones continuaron, dejando el ataúd en la cripta, los constructores pusieron la lapida retirándose rápidamente del lugar, el sequito de acompañantes también se retiraron diciendo algunos.

- ¿Quién diaria?
- Y eso que son de buena familia.
- Para que miren que hasta en las mejores familia pasa.

Todos poco a poco se fueron alejando hasta quedar aquel espacio solo y oscuro.
Alguien que estaba enterrado con una imagen de un Cristo encima inicio a moverse, frente a él una imagen de un San Sebastián– chit, chit, Sebastián, Sebastián- desde la imagen se San Sebastián con tres flechas en su cuerpo le respondieron - ¿Qué?- se escucho, - ¿te diste cuenta?- pregunto el del Cristo – como no me iba a dar cuenta, con semejantes gritos – volvió a responder el Sebastián, - nosotros también – dijeron unas voces desde unos querubines que acompañaban a una virgen, el del Cristo miro los querubines, - ustedes siempre se dan cuenta de todo – les dijo, - que nos queres decir – rezongaron los querubines, - nada, solo eso – contesto el del Cristo, el del Sebastián giro la cabeza hacia ellos y dijo – no comiencen a discutir, no se comporten como ellos – la de la virgen incorporo la cabeza, - ya ni este lugar de descanso respetan – a lo que todos respondieron, - ¡nosotros! – la de la virgen respiro hondo – no, la gente, hoy el pleito fue por la cripta, en toras ocasiones por desamores o por relaciones mezquinas, en fin siempre hay algo que heredar, bueno desperecémonos un poco y espero que hoy no vengan los visitantes de la noche, los que vienen por las prendas u objetos de los difuntos o por la tierra para hacer conjuros, o aquellos que no ajustan para el hostal, cuartería o pensión y que las lapidas frías les proporcionan de forma gratuita condiciones pare el necesario placer, bueno a saber más del recién llegado, si lo enterraron en primera clase y se armo semejante alboroto de seguro que algo bueno tiene que contar – fueron las palabras de la del la virgen rodeada de querubines antes de entrar a la cripta del recién llegado.